Can Cabaño

La Casa Rural Can Cabaño es una casa de pueblo, remodelada en el año 2012. Está ubicada en el corazón del pueblo de Llers, un pueblo muy tranquilo pero con buen ambiente, en el centro se encuentra también un pequeño castillo muy bonito con espectaculares vistas a todo el Empordà. Can Cabaño presenta una decoración de estilo rústico con paredes de piedra a la vista y dispone de terraza con barbacoa, zona de estar y conexión Wi-Fi gratuita en todo el recinto. Se encuentra a 25 km del mar Mediterráneo y a 40 minutos en coche del aeropuerto de Girona-Costa Brava.

Tiene un patio increíble con un gallinero, donde podéis coger huevos para comer, así como un huerto multicolor, donde podéis recoger pimientos, cebollas y tomates junto a los propietarios. No obstante, uno de sus mayores atractivos son sus múltiples opciones de entretenimiento al aire libre: podéis daros un chapuzón en la piscina del pueblo (gratis para los huéspedes), emprender rutas de senderismo por los alrededores o llegaros hasta la rivera del río Muga, un entorno natural muy tranquilo donde podéis disfrutar de un picnic en familia. También podéis visitar el Museo del Juguete y el Museo de Dalí o llegaros hasta el conjunto monástico de Santa María o las ruinas griegas y romanas de Empúries.

Tiene una capacidad máxima para 8 personas. Consta, en total, de tres habitaciones: dos habitaciones dobles con TV, una de ellas con baño y una habitación para 4 personas (una de ellas en cama supletoria). El apartamento incluye una cocina-comedor equipada con lavaplatos, horno, microondas, tostadora, cafetera, chimenea, TV, lavadora y todos los enseres necesarios, como por ejemplo vajilla y ropa del hogar, además de un baño completo. Toda la casa dispone de calefacción.

El pueblo de Llers, a cinco minutos de Figueres, es un excelente mirador de la plana ampurdanesa y los contrafuertes pirenaicos, se encuentra a escasos 20 kilómetros de Francia. Situado a 142 metros sobre el nivel del mar, ofrece unas vistas únicas del Canigó, de los parajes naturales Salinas-Bassegoda y de l'Albera, del Cabo de Creus y la bahía de Roses, hasta llegar a las islas Medes, todos  ellos espacios protegidos. A los pies de la sierra de Tramuntana, disfruta de un cielo limpio y sereno la mayor parte de los días del año. Como dice la leyenda, es pueblo de brujas, lleno de historias y episodios de tradición oral que dan fe. Por sus tierras pasaba el «Camino de la Calzada», la Vía Romana que en la Edad Media fue conocida como el Camino del Francés, que separaba los antiguos condados de Besalú y el de Empúries-Peralada. Como villa fronteriza, estaba muy bien fortificada: tenía un castillo del cual dependían once más. Actualmente, sólo se conservan los restos, visitables, de media docena. Durante la invasión de los franceses, en el castillo baronial fue coronado el rey Carles de Valois.