Asturias Actividades Semana Santa

Asturias, conocido como el Paraíso Natural, te da la bienvenida a una aventura de Semana Santa diseñada con cariño para ti y tus hijos. En este viaje especial, recomendado para familias monoparentales, encontraréis un entorno maravilloso y descubriréis que Asturias es un destino ideal para viajar en familia​

Precio orientativo:
749 €

Asturias,  el Paraíso Natural, te da la bienvenida a una aventura de Semana Santa diseñada con cariño. En este viaje especial, recomendado 100%  para familias monoparentales, encontraréis un entorno donde no os sentiréis solos: otras mamás y papás en la misma situación compartirán sonrisas, anécdotas y apoyo. Juntos descubriréis que Asturias es un destino ideal para viajar en familia​, donde la naturaleza abraza a grandes y pequeños dejando “una huella imborrable” en el corazón de los niños​ A lo largo de estos cuatro días, viviréis una experiencia única llena de maravillas naturales, encuentros genuinos con la cultura asturiana y actividades pensadas para crear recuerdos inolvidables. Preparaos para playas secretas, verdes paisajes, aventura entre árboles, sabores tradicionales y la cálida compañía de nuevas amistades en cada paso del camino. ¡Comienza la magia de esta Semana Santa en Asturias!

Cobijeru

Itinerario día a día Día 1: Llegada, Senda Costera y playa de Cobijeru

El primer día comienza con vuestra llegada al albergue en Llanes, un lugar acogedor pensado para familias. Tras instalaros en vuestra habitación privada y tomar un respiro, empieza la aventura. Os calzáis zapatos cómodos y salís a explorar la Senda Costera de Llanes, un sendero litoral de belleza indescriptible. El recorrido transcurre a un ritmo tranquilo, ideal para niños, con paradas para que exploren y jueguen con total seguridad. A lo largo del camino, los sentidos se llenan de vida: el olor del mar Cantábrico, la brisa fresca y el sonido de las olas acompañan vistas espectaculares de acantilados y miradores sobre el azul infinito. Es una caminata sencilla pero llena de magia, en la que adultos y peques conectarán con la naturaleza y se maravillarán con el paisaje costero asturiano.  Después de un agradable paseo, llegamos a un rincón secreto: la playa de Cobijeru. Esta pequeña cala interior, escondida tierra adentro entre rocas, parece sacada de un cuento. El mar se cuela por cuevas subterráneas hasta formar una laguna de agua salada de color turquesa en medio del prado. Ver la sorpresa en los ojos de los niños al descubrir esta playa mágica y escondida no tiene precio. Cobijeru está declarada Monumento Natural e incluida en el paisaje protegido de la costa oriental asturiana, ¡y ahora entendéis por qué! Los peques corren sobre la arena fina y exploran las cuevas cercanas, jugando a ser pequeños aventureros, mientras tú disfrutas viendo cómo la naturaleza se convierte en su mejor amiga. Los padres podéis relajaros en la hierba o acercaros a la orilla para sentir el agua en los pies, saboreando este momento de paz compartida. Tras la excursión, regresamos al albergue con las mejillas sonrojadas de felicidad. La tarde os deja un rato de descanso libre: quizá un juego al aire libre en el jardín del albergue o un breve paseo por el pueblo de Llanes. Al caer la noche, os espera una cena casera en el albergue, sencilla y deliciosa. Entre platos típicos y risas, las familias os vais conociendo. Los niños, ya exhaustos pero contentos, cenan con apetito. Los adultos compartís anécdotas del día alrededor de la mesa, sintiéndoos como en casa. Al final de este primer día, os dejáis caer en la cama con el sonido lejano del mar en la memoria y la ilusión de saber que esto solo acaba de empezar. ¡Y vaya comienzo!: Asturias os ha regalado su costa y os ha unido un poquito más.

Día 2: Quesería tradicional, picnic asturiano y aventura en Selva Asturiana

El segundo día amanece con el canto de los pájaros y un delicioso desayuno en el albergue. Os levantáis con energías renovadas y los niños corretean emocionados hacia el comedor. Sobre la mesa os esperan productos frescos de la tierra: zumos naturales, mermeladas caseras, pan recién hecho... Tras desayunar y preparar la mochila, emprendemos ruta hacia el interior rural de Asturias. La primera parada es una quesería tradicional. Allí, un maestro quesero nos recibe con una sonrisa y nos pone batas y gorritos para entrar en la sala de elaboración. Tanto niños como adultos observáis con fascinación el proceso artesanal de uno de los tesoros gastronómicos asturianos: el queso. Los pequeños se asoman en puntillas para ver cómo, con paciencia, la leche recién ordeñada se transforma en queso. “Aquí es donde la magia ocurre”, nos explican. Aprendemos sobre la historia del queso asturiano y sus distintas variedades, desde el famoso Cabrales hasta suaves quesos de vaca. ¡Y por supuesto, llega el momento favorito de todos!: la degustación. Los niños alucinan probando diferentes tipos de queso (¡incluso el Cabrales picón, con cuidadito!). Algunos arrugan la nariz y otros piden repetir, entre risas de todos. Es una experiencia divertida y educativa que nos conecta con la cultura asturiana a través del paladar. Salimos de la quesería con una nueva apreciación por el trabajo artesanal del campo y, quién lo diría, con los niños convertidos en pequeños expertos queseros contando cuál les gustó más. A mediodía, nos dirigimos a un paraje natural precioso para disfrutar de un picnic asturiano al aire libre. Extendemos manteles en la hierba, bajo la sombra de árboles centenarios, con vistas a montañas verdes que parecen de postal. Del gran cesto de mimbre van saliendo manjares típicos: empanada casera recién horneada, bollos preñaos (panecillos rellenos de chorizo) aún tibios, quesos locales –¡cómo no!– y, para los adultos, una botella de sidra achampanada bien fresca. Los niños disfrutan de comer al aire libre, corriendo entre mordisco y mordisco. Imaginaos sentados en la hierba, compartiendo tortilla, filetes empanados y fruta dulce, mientras los peques juegan persiguiendo mariposas. Se oyen carcajadas: quizás se ha organizado un mini partido de fútbol improvisado o una búsqueda del tesoro entre todos. Este almuerzo campestre os sabe a gloria; cada familia ha aportado algo y la sensación es de estar en reunión de viejos amigos en plena naturaleza. Tras llenar el estómago y descansar un ratito, algunos incluso tumbados mirando las nubes pasar, nos preparamos para una tarde llena de adrenalina en familia. Por la tarde, la aventura nos llama en el Parque de Aventuras “Selva Asturiana”, un bosque mágico convertido en parque multiaventura. Al llegar, los ojos de los niños se abren como platos al ver las instalaciones entre los árboles: ¡tirolinas gigantes, puentes colgantes, redes y pasarelas de madera suspendidas en el aire! En la entrada, un amable monitor nos explica las normas de seguridad y reparte cascos y arneses. Equipados y con muchas ganas, nos adentramos entre los árboles. Los más peques pueden empezar por el circuito infantil, a poca altura, ganando confianza paso a paso. Los mayores (¡y los adultos valientes!) se atreven con recorridos más altos. Hay un sinfín de retos divertidos: cruzar un puente tibetano que se tambalea ligeramente, deslizarse por largas tirolinas que atraviesan el bosque de un lado a otro, trepar por redes como intrépidos exploradores… Todo en medio de un entorno natural espectacular, con el canto de los pájaros de fondo. Es emocionante oír los gritos de alegría de los niños al lanzarse por la tirolina sobre un pequeño lago, sintiéndose como pájaros libres surcando el aire. Los padres también os animáis: unos acompañáis a vuestros hijos en las alturas, mientras otros preferís inmortalizar el momento desde tierra firme con vuestras cámaras, aplaudiendo cada hazaña. La Selva Asturiana ofrece recorridos para todas las edades y niveles, así que cada uno disfruta a su ritmo sin dejar a nadie atrás. La tarde pasa volando entre risas, retos superados y mucha complicidad familiar. Al terminar la actividad, nos quitamos los cascos con el pelo revuelto y las mejillas encendidas: ha sido una inyección de energía y trabajo en equipo. De vuelta al albergue, esa noche la cena sabe aún mejor (¡menudas historias tendréis que contad durante la comida!). Platos tradicionales como una sopa calentita o un cachopo para compartir hacen las delicias del grupo. Los niños, emocionados, siguen hablando de “la supertirolina” o de cómo papá/mamá gritó de emoción al lanzarse. Poco a poco el cansancio se nota; tras la cena, cada familia se retira a su habitación. Acurrucados bajo las mantas, peques y adultos os quedáis dormidos enseguida, soñando quizá con volar entre árboles. ¡Mañana más!

ganaderop por un dia

Día 3: Ruta en E-bike, Ganadero por un día y cena especial de despedida

Amanece el tercer día y Asturias nos regala otro despertar fresco y luminoso. Desayunamos con ganas, cargando pilas para un día repleto de actividades auténticas. La mañana de hoy la dedicaremos a explorar los paisajes rurales de una forma original: en bicicleta eléctrica (E-bike). Tras el desayuno, nos dirigimos al punto de salida de la ruta. Allí nos esperan las E-bikes listas, con sus cascos y todo preparado. Muchos no habéis probado nunca una bici eléctrica y os sorprende lo fáciles que son de manejar. ¡Qué bien, así los peques no se cansarán demasiado! Ajustamos sillines, hacemos una breve prueba y ¡en marcha! Comenzamos la ruta en familia en E-bike por caminos rurales, entre prados verdes salpicados de vacas y casitas de piedra. Las risas de los niños se mezclan con el sonido suave del motor eléctrico que nos ayuda en las cuestas. Pedalear así es una maravilla: permite a toda la familia recorrer largos trayectos sin esfuerzo excesivo, disfrutando del paisaje a cada tramo. Vamos por senderos llanos y accesibles, ideales para que los niños pedaleen seguros. La brisa de la mañana nos acaricia mientras avanzamos junto a arroyos cristalinos y campos de maíz. Hacemos alguna parada estratégica en miradores escondidos que solo en bicicleta podríamos descubrir: vistas panorámicas de las montañas y el mar a lo lejos que dejan a todos boquiabiertos. “¡Mirad, un caballo!” – los niños se emocionan señalando los animales que vamos encontrando en el camino. Esta actividad nos da una enorme sensación de libertad. Padres e hijos comparten risas al pedalear juntos, echando alguna carrera amistosa en los tramos rectos. Sin darnos cuenta, hemos pasado la mañana activos y felices, ¡y casi sin enterarnos del ejercicio! Al terminar la ruta, devolvemos las bicis muy satisfechos: esta aventura sobre ruedas nos ha permitido explorar rincones de Asturias de forma divertida y sostenible. De regreso al albergue, nos espera una comida casera en familia para recuperar energías. La mesa vuelve a llenarse de sabores asturianos: fabada tradicional para quienes quieran entrar en calor, o quizás un pote asturiano; de postre, arroz con leche cremoso espolvoreado con canela. Grandes y pequeños comen con ganas después de la bici. En la sobremesa se oyen comentarios: “Tenemos que conseguir una bici de estas en casa”, “¿Viste qué valle tan bonito?”. Se siente una atmósfera de camaradería encantadora entre todas las familias.  Por la tarde, nos trasladamos a una bonita finca en el corazón rural de Asturias para convertirnos en ganaderos por un día. Al llegar, el aroma a hierba fresca y a establo nos envuelve. Un auténtico ganadero asturiano, con su ganado pastando cerca, nos recibe con una sonrisa franca y nos invita a pasar a su pequeña granja. Comienza la aventura rural: ¡es hora de ensuciarse las manos con gusto!. Los niños, emocionados, conocen a las protagonistas de la granja: las vacas lecheras. Primero, visitamos la cuadra donde el ganadero nos enseña cómo se identifican y cuidan a los animales. Después llega uno de los momentos más esperados: ordeñar una vaca a mano. Con paciencia, el ganadero muestra el gesto adecuado y, uno por uno, los niños (y adultos) que se animan prueban a ordeñar bajo su supervisión. ¡Qué caritas de sorpresa cuando ven salir un chorrito de leche calentita directo al cubo! Algunos peques ríen nerviosos y otros se concentran mucho, sintiéndose valientes agricultores por un rato. Además de ordeñar, ayudamos a dar de comer a terneros y gallinas. Los niños acarician a un ternerito suave mientras le ofrecen biberón o hierba, y entran al gallinero a recoger huevos recién puestos con los ojos como platos. Esta interacción cercana con los animales de la granja es tierna y educativa: los peques aprenden de dónde viene la leche que desayunan o los huevos de la tortilla, conectando con la vida en el campo de una forma que nunca olvidarán. Entre tanto, los padres disfrutamos viendo a nuestros hijos tan entregados, recordando quizá nuestras propias infancias o simplemente maravillándonos de la sencillez y belleza de la vida rural. La actividad de “Ganadero por un día” no solo divierte, sino que transmite valores de respeto por los animales y el trabajo de quienes los cuidan. Reímos, aprendemos y nos emocionamos todos juntos. Al finalizar, el ganadero nos despide con una última sorpresa: una pequeña merienda campestre con productos de la granja. Probamos leche fresca, un trocito de queso elaborado allí mismo y una bolla de pan rústico con miel. Es el broche perfecto para esta experiencia: saborear el fruto del trabajo rural en el propio lugar donde se produce, rodeados de prados y con la satisfacción de haber participado en las tareas del campo. Sin duda, los niños se irán de Asturias presumiendo de que ¡han ordeñado una vaca!. Después de lavarnos las manos y decir adiós a nuestros nuevos amiguitos de la granja, regresamos al albergue. Esta noche es especial: es la última noche del viaje y lo celebraremos con una cena de despedida por todo lo alto. Nos arreglamos un poquito (¡cada quien con lo que tenga en la maleta, aquí lo importante es la compañía!) y nos trasladamos a La Casería de Santa Marina, un restaurante-sidrería tradicional asturiano en un entorno de ensueño. Al llegar, nos recibe el cálido ambiente rural: mesas de madera robusta, decoración rústica con aperos de labranza y vistas a la sierra del Cuera bajo el cielo del atardecer. Los niños corren enseguida a la zona de columpios del jardín, que descubren nada más llegar, mientras los adultos tomamos asiento con una sidra bien escanciada en la mano para brindar. Esta cena especial es el momento perfecto para celebrar la amistad forjada en estos días. Disfrutamos de un festín asturiano auténtico: de primero, tablas de embutidos y quesos locales para picar; después, cachopos jugosos (el famoso filete relleno asturiano) que hacen las delicias de todos, también cabritu (cabrito guisado) tierno para probar y opciones caseras para los niños como croquetas o escalopines con patatas. De beber, sidra natural que el camarero nos sigue escanciando con maestría, y refrescos o agua para los peques. El ambiente es alegre, de celebración en familia. Al son de canciones asturianas de fondo, conversamos sobre lo vivido: ¡cuántas aventuras en tan pocos días!. Entre plato y plato, alguno se anima a levantarse a jugar con los niños, que ya traman obras de teatro improvisadas o persiguen luciérnagas en el jardín. Llega el postre y es pura tradición: arroz con leche cremoso y una tarta de queso casera que quita el sentido. Al saborearlos, sabemos que el viaje está llegando a su fin, pero la emoción compartida lo endulza todo. Finalmente, antes de irnos, hacemos un pequeño ritual de despedida: un brindis conjunto bajo las estrellas asturianas, agradeciendo el tiempo compartido. Padres, madres, hijos e hijas – todos elevamos nuestros vasos (los peques con su sidra sin alcohol o zumo) y nos damos un fuerte aplauso unos a otros por haber hecho de este viaje algo tan especial. Con los corazones llenos de gratitud, regresamos al albergue para la última noche. Acostar a los niños tiene un sabor agridulce: están cansados pero felices, y muchos preguntan “¿podemos volver el año que viene?” con caritas esperanzadas. Nosotros, los adultos, sonreímos asintiendo. Asturias nos ha regalado algo mucho más grande que un viaje: nos ha regalado una nueva familia de amigos.

vista aerea llanes

Día 4: Desayuno y despedida

La última mañana amanece tranquila. Empacamos las maletas sin prisa, y bajamos a disfrutar de un desayuno final todos juntos en el albergue. Es un momento de sentimientos mezclados: alegría por todo lo vivido y nostalgia anticipada por la despedida que se acerca. En la mesa, entre tazas de café con leche y colacao para los peques, intercambiamos teléfonos y prometemos mantener el contacto. Los niños aprovechan cada minuto para jugar con sus nuevos amigos, como si intuyeran que la aventura conjunta termina hoy. Tras desayunar, salimos al patio del albergue para hacernos una foto de grupo con la que recordar estos días increíbles: todos abrazados, sonriendo bajo el cielo asturiano que, caprichoso hasta el final, nos ofrece un rayo de sol entre las nubes. Llega el momento de decir adiós. Entre abrazos y alguna que otra lágrima emocionada, nos despedimos sabiendo que no es un adiós definitivo sino un “hasta pronto”. En pocos días, habéis creado lazos sinceros: los niños se despiden con un choque de manos especial que han inventado, y los adultos os fundís en abrazos deseándoos lo mejor. Asturias os dice adiós también, con su verde intenso de fondo y el sonido lejano del mar, recordándoos que aquí siempre tendréis un hogar acogedor. Emprendéis el camino de vuelta a casa con el coche cargado de maletas… y de recuerdos imborrables. Charlando en el viaje, os dais cuenta de que volvéis distintos: más unidos con vuestros hijos, con nuevos amigos en vuestras vidas y el corazón latiendo fuerte tras tantas vivencias compartidas. Esta Semana Santa en Asturias habrá terminado, pero sus enseñanzas y emociones os acompañarán para siempre. ¡Gracias por vivir esta aventura, y hasta la próxima!

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Asturias es un lugar donde la naturaleza y la emoción se entrelazan, creando un escenario perfecto para compartir momentos únicos. Aquí, cada paisaje cuenta una historia y cada experiencia fortalece los lazos entre padres e hijos. Al despedirnos, no diremos “adiós”, sino “hasta pronto”, porque sabemos que este viaje dejará una huella imborrable en vuestros corazones y el deseo de volver a revivirlo. Gracias por dejarnos ser parte de vuestra aventura, por permitirnos ver las sonrisas de vuestros hijos mientras descubren un mundo lleno de magia y belleza. Ahora solo queda preparar la maleta… y el alma. Porque lo que vais a vivir esta Semana Santa en Asturias no es solo un viaje, es una colección de recuerdos que os acompañarán para siempre. ¡Os esperamos con los brazos abiertos para compartir juntos esta experiencia irrepetible!

Un viaje de Semana Santa, perfecto para familias monoparentales Esta escapada de Semana Santa ha sido creada poniendo el foco en las familias monoparentales, y esto se nota en cada detalle. Sabemos lo especial que es viajar siendo el único adulto a cargo de tus peques, y por eso queremos que en Asturias os sintáis totalmente arropados. Desde el primer momento, estaréis rodeados de otras familias como la vuestra, creando un ambiente de comprensión y camaradería único. Aquí no existen las situaciones incómodas; al contrario, todos compartimos experiencias similares. En las caminatas por la costa, en la visita a la quesería o ayudando a los niños a cruzar un puente colgante en la Selva Asturiana, notaréis como espontáneamente os apoyáis los unos a los otros. Si a alguno le falta una mano libre, siempre habrá otro papá o mamá dispuesto a ayudar con el abrigo del peque, a hacer una foto familiar o simplemente a echar unas risas juntos. Estas vivencias compartidas crean vínculos muy fuertes: en cuestión de horas, desconocidos se convierten en compañeros de aventura y, para el final del viaje, en verdaderos amigos.

playa torimbia

Para los niños, el valor de este viaje también es incalculable. Viajar solo con mamá o papá puede hacerles y descubrirán muchos otros niños en su misma situación, y esa sensación de pertenencia les hará brillar. Verán que hay más peques que viajan con un solo progenitor y que todos pueden divertirse igual o más. Rápidamente formarán su “pandilla aventurera”: compartirán la emoción de la tirolina, se animarán unos a otros a probar el queso más fuerte en la quesería, jugarán en la arena de Cobijeru inventando castillos y cuevas juntos. Ese sentimiento de “somos un equipo” les dará seguridad y alegría. Además, las actividades están pensadas para fomentar la colaboración y el trabajo en equipo: desde pedalear en grupo durante la ruta en bicicleta hasta turnarse para alimentar a los animales en la granja, cada momento refuerza la unión entre todos. Los niños ven a sus papás y mamás relajados y felices, relacionándose con otros adultos, y eso les inspira confianza. Por su parte, los adultos podéis disfrutar de conversaciones entre pares que os entienden: charlar junto al fuego del albergue mientras los peques duermen, intercambiar consejos de crianza, reír sobre las anécdotas del día… ¡e incluso planear futuras quedadas juntos! Al final del viaje, habréis construido una red de apoyo y amistad que perdurará más allá de esta Semana Santa. Y es que este viaje no solo os regala paisajes y aventuras, sino también la oportunidad de ampliar vuestra familia con nuevos amigos que comparten camino.Ahora que habéis conocido el plan, solo queda dar el paso y vivirlo. Esta Semana Santa en Asturias os espera con los brazos abiertos, dispuesta a regalaros cuatro días de emoción, ternura y diversión en estado puro. Imagina las risas de tus hijos jugando con nuevos amigos en una playa secreta, tus propios ojos brillando al contemplar un atardecer tras las montañas, el orgullo de superar juntos retos entre los árboles o la paz de una noche estrellada brindando por todo lo vivido. Cada instante de este itinerario ha sido preparado con el corazón, pensando en vosotros, en que volváis a casa con el equipaje lleno de momentos inolvidables y el alma recargada de energía positiva.

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Asturias tiene algo especial, casi mágico, que une a las personas y hace que cualquiera se sienta en familia. Al despedirnos, no diremos “adiós” sino “hasta pronto”, porque estamos seguros de que querréis volver a sentir esta complicidad y esta felicidad compartida. Gracias por permitirnos acompañaros en esta aventura. Será un honor ser testigos de vuestras sonrisas al descubrir un nuevo mundo con vuestros hijos. Prepara tu maleta y, sobre todo, prepara el corazón: lo que vais a vivir juntos esta Semana Santa será único y quedará para siempre en vuestra memoria familiar. ¡Os esperamos con mucha ilusión para vivir esta experiencia inolvidable en Asturias, donde vuestra aventura en familia está a punto de comenzar!

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Tu hogar en el corazón de Asturias: Albergue Juventudes de Llanes En el corazón de la hermosa villa marinera de Llanes, a solo unos pasos del mar Cantábrico y rodeado de paisajes naturales impresionantes, el Albergue Juventudes de Llanes se convierte en el refugio perfecto para tu aventura en familia. Diseñado para ofrecer comodidad, tranquilidad y un ambiente acogedor, este alojamiento es el punto de partida ideal para descubrir la magia de Asturias con Viaja con tu Hijo. Aquí, cada familia disfruta de su propia habitación privada con baño, asegurando descanso y privacidad tras un día lleno de actividades y exploraciones. Las habitaciones, luminosas y funcionales, están pensadas para que tanto adultos como niños se sientan como en casa, con espacio suficiente para relajarse y reponer energías. Además, el albergue cuenta con zonas comunes perfectas para compartir momentos con otras familias, amplios espacios verdes donde los niños pueden jugar con total seguridad y un comedor donde cada comida se convierte en una oportunidad para saborear la gastronomía asturiana en un ambiente distendido y familiar.

Albergue Juventudes de Llanes 

Ubicado a solo 250 metros de la Playa del Sablón, este albergue combina la cercanía del mar con el encanto rural asturiano. Su enclave privilegiado permite explorar fácilmente los espectaculares paisajes de la costa, disfrutar de la cultura llanisca y vivir una experiencia auténtica en plena naturaleza. Si buscas un alojamiento que te brinde comodidad, calidez y una conexión única con el entorno, el Albergue Juventudes de Llanes es el lugar perfecto para ti y tu hijo. Prepárate para unas vacaciones donde el descanso, la aventura y los recuerdos inolvidables van de la mano. ¡Os esperamos!

Precios 
Fechas 1ad+1niño 1ad+2niños
17 al 20 abril 749€ 1049€
Gastos de cancelación
Desde el momento de la reserva 100%
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Esta gran experiencia incluye
#SemanaSanta en Asturias 2025
viajes monoparentales - viajes monomarentales 3 noches de alojamiento 4 días 
hotel oferta monoparental Albergue Juventudes de Llanes
vacaciones familias monoparentales Habitacion privada con baño por cada familia
vacaciones monomarentales Régimen de Media Pensión, comidas indicadas en programa
las vacaciones monoparentales Programa de actividades indicadas en itinerario
Visita y actividades multiaventura en Parque Selva Asturiana
Visita Queseria
Senda Costera y Cobijeru
Ruta E-Bikes
las mejores vacaciones monoparentales Ganadero por un día
viajacontuhijo #vcth 2019 Monitor durante las actividades
El precio no incluye
Traslados para la incorporación al hotel ni regreso al domicilio.
Traslados al punto de inicio de las actividades
Monitor VCTH
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Se considera niño de 02 a 11,99 años

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Seguro de Cancelación Básico 24€ por familia
Transporte o repatriación sanitaria Incluido
Regreso anticipado por fallecimiento de un familiar Incluido
Gastos de cancelación total reserva 4.000€
Reembolso vacaciones no disfrutadas 2.000€
Supuestos de anulación cubiertos hasta 21 casos
 

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