Casa Rural Os Trintas

Situada en plena montaña orensana, en Vilanova (Puebla de Trives), una pequeña aldea de cinco vecinos fiel a las tradiciones del campo gallego, Casa rural Os Trintas es, además, un enclave cultural, una casa con historia. Desde el siglo XIX, ha sido habitada por las sucesivas generaciones de una familia entre cuyos miembros se halla el abuelo Félix, el gaitero de “Os Trintas”, uno de los grupos gallegos más relevantes a inicios del siglo XX. Su legado late todavía en el folclore y la música de la región, que los ha homenajeado nombrándolos hijos predilectos y dedicándoles una calle y una pequeña escultura. Casa rural Os Trintas, con la intención de mantener viva su memoria, les dedica una sala que reúne vestimentas, instrumentos, partituras y diversos objetos relacionados con su vida cotidiana.

La casa se ha reformado recuperando en buena medida su carácter original y su sabor rústico, descubriendo las robustas paredes de piedra y los altos techos de madera, y aprovechando las galerías y los ventanales para convertirla en un espacio luminoso y abierto, en comunión con un entorno natural privilegiado. En la decoración de las estancias de toda la casa es de reseñar que podemos disfrutar del sabor rústico de muebles y objetos originales recuperados de épocas pasadas. También se da cabida al arte contemporáneo, ya que por cortesía de la pintora Pilar Alonso, las paredes de la casa se han convertido en un marco para una pequeña exposición de su extensa obra. La Casa rural Os Trintas se compone en realidad de tres construcciones: el edificio principal, la antigua palleira (apartamento) y el horno tradicional.

El edificio principal es el núcleo de la casa rural, y el espacio donde originalmente se desarrollaba la vida doméstica. Consta de tres plantas, en las cuales se distribuyen: tres apartamentos con habitación de matrimonio, baño completo, cocina equipada y salón con sofás cama (Casa de Abaixo, Casa da Luisa y Casa de Arriba), dos habitaciones de matrimonio con baño completo (O Cuarto y A Lareira), un salón con chimenea, un comedor con chimenea y una sala de exposiciones sobre “Os Trintas”.

La antigua palleira se utilizaba para almacenar leña, paja y utensilios de labranza, pero tras la rehabilitación se ha transformado en un confortable apartamento situado en el centro de la finca y accesible para minusválidos (con habitación de matrimonio, baño completo, cocina equipada y salón con sofás cama).

Junto a A Palleira, hay una pequeña construcción que contiene un gran horno de piedra. No sólo es un testimonio de otra época, sino que actualmente puede utilizarse para cocer el pan como antiguamente se hacía, disfrutando del propio proceso y, por supuesto, del sabor único que aporta este tradicional método.

La Casa rural Os Trintas posee una típica era gallega de más de 3000 metros cuadrados, con árboles frutales, barbacoa, un pequeño huerto y amplios espacios verdes idóneos para relajarse y disfrutar de un entorno natural autóctono. En el proceso de rehabilitación, se ha conservado también el curro, un patio interior común en las casas de campo gallegas.

La casa está equipada con: televisión en salones sociales y en todos los apartamentos y habitaciones; calefacción central; caja de seguridad en cada uno de los apartamentos y habitaciones; zona Wi-Fi; aparcamiento; lavadora; secador de pelo en los baños; servicio de limpieza incluido (excepto cocinas), hora límite para el servicio 12:00 del mediodía y se admiten animales de compañía (previa consulta).

Con el fin de homenajear y recordar a Os Trintas, se han reunido en una sala diversos objetos y fotografías relacionados con el célebre grupo de gaiteiros. Instrumentos, trajes, partituras, enseres cotidianos, fotografías de grupo, de familia, del trabajo en el campo…; en suma: un pequeño retrato de la vida de unos músicos-labriegos a caballo entre el siglo XIX y el XX, ligados a las raíces gallegas, pero abiertos también a la influencia de otros lugares, como Hispanoamérica, de donde trajeron nuevos ritmos. Se trata, por tanto, de un espacio con un considerable valor musical, etnográfico, histórico y, para quienes nos sentimos vinculados a ellos, también sentimental.